Un nuevo sistema para acceder a la educación superior, una reforma a fondo de la Administradora Privada de Fondos de Pensiones, programas para la creación de empleos, un plan de austeridad que congelaría contrataciones en la administración pública, simplificacióndel sistema tributario y posibles reformas a la Constitución.
Eso es, en líneas generales, lo que podría esperarChile a partir del próximo 11 de marzo, cuando se oficialice la toma de posesión de Sebastián Piñera como nuevo presidente de la nación chilena.
Estará frente al destino de los chilenos entre 2018 y 2022, y sucede por segunda vez a Michelle Bachelet.Además, llega a la presidencia como el mandatario más votado en Chile desde la elección de 1993, que ganó el democristiano Eduardo Frei (1994-2000).
Piñera viene precedido por un anuncio rimbombante que para algunos es sólo una promesa electoral y para otros una esperanza: lograr un crecimiento económico a través de grandes acuerdos que establecerá siendo «el presidente de todos».
“Consenso” parece ser entonces la palabra clave en los meses por venir. Y todas las miradas estarán puestas en Sebastián Piñera.
Mayor número de votos
Como representante de la coalición Chile Vamos, Piñera aventajó por más nueve puntos (54,57 %) al abanderado del oficialismo Alejandro Guillier (45,43 %), de acuerdo con datos del Servicio Electoral (SERVEL).
Aquel 17 de diciembrede 2017 en que Piñera ganó, se llevaba a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile.
Cuando el 10% de las mesas habían sido escrutadas, ya era un hecho la substancial diferencia entre los candidatos y permitía predecir la victoria del ex presidente.
Una vez que había sido contabilizado el 99,99% de las mesas, los números confirmaron que Chile estaba listo para un segundo gobierno de centro-derecha elegido por la vía electoral.
En la primera ronda, Piñera había obtenido un resultado muy inferior a lo esperado. En esos días algunos sondeos le daban un 44% de los sufragios, pero en definitiva solo logró el 36,64%, mientras Guillier obtuvo el 22,70%.
Estos números creaban, según el análisis de revistas tan prestigiosas como The Economist, un entorno de indecisión: “El inesperado resultado de las elecciones en Chile significa que uno de los países más estables y prósperos de América Latina está entrando en un período de incertidumbre poco usual”, se afirmaba en un artículo.
Pero lo que pasó en la segunda vuelta no dio la razón a estos observadores.
Y es que ciertamente hubo algunas sorpresas dignas de destacar en la segunda vuelta electoral.
Piñera obtuvo una amplia e inesperada ventaja sobre su rival, lo que no había sido previsto por las encuestas, que en cuatro semanas habían señalado que existía un empate técnico entre ambos candidatos, y de hecho, anunciaban una segunda votación muy cerrada y estrecha. Pero nada de esto sucedió.
Otra de las sorpresas fue una considerable variación de votos de apoyo a Piñera en la segunda ronda, lo que lo convirtió en el tercer presidente con mayor número de votos desde el retorno a la democracia, solo rebasado por los resultados de las dos primeras elecciones realizadas después de la dictadura.
Esto quiere decir que la opción electoral del ahora presidente logró movilizar a 855.467 votantes que se abstuvieron o votaron por otra opción en la primera vuelta.
Los cambios previos
La escena política chilena ya venía presentando cambios significativos con anterioridad a las dos vueltas electorales. Uno de ellos fue el surgimiento de la candidatura de Alejandro Guillier.
Esta opción se produjo en medio de la difícil crisis moral de 2014, donde distinguidos actores políticos fueron acusados de recibir dineros de la empresa SOQUIMICH, propiedad del ex yerno de Augusto Pinochet,Julio Ponce Lerou.
Fue un gran escándalo que llevó al gobierno de Michelle Bachelet a designar el 23 de febrero de 2015, un Consejo Asesor Presidencial contra los Conflictos de Interés, el Tráfico de Influencias y la Corrupción, la conocida Comisión Engel.
El informe que este grupo presentó en junio del mismo año planteó una serie de cambios legislativos para depurar la política nacional y, sobre todo, los actos de corrupción.
Fue entonces cuando el senador independiente Alejandro Guillier apareció como una figura apartada de los escándalos.
De allí en adelante sus índices de aprobación tuvieron una tendencia al alza.
Antes de iniciar una carrera como político, Guillier tuvo una exitosa carrera como periodista en los medios de comunicación chilenos durante tres décadas.
El también sociólogo de 64 años contó con el respaldo de muchos chilenos de centro o de izquierda.
Y es que en el ambiente de desengaño que venía experimentando la política en Chile, Guillier representó un alejamiento de aquellos pactos de la transición que simbolizaron mandatarios como Ricardo Lagos.
Momento complicado
Y entonces llegó la primera vuelta electoraldel 19 de noviembre. Allí la suma de ambos candidatos quedó bastante alejada del 50% más uno que Piñera necesitaba para ser presidente.
La diferencia entre Piñera y Guillier, que las encuestas pronosticaban por encima de los 20 puntos, solamente quedó en 14 (36% a 22%).
Ya para la segunda vuelta, Guillier tuvo que ofrecer un discurso más orientado hacia la izquierda para atraer votos del Frente Amplio, que tuvo buenos índices de votación para su candidata Beatriz Sánchez, y se convirtió en un referente de la política chilena a partir de ese proceso electoral.
También se vio obligado a prometer reformas progresistas más enérgicas que las de la presidenta Bachelet, mientras evitaba al mismo tiempo que muchos votos se fugaran hacia la candidatura de Piñera.
El momento era complicado. Los votos sumados de Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier en la primera vuelta, incluidos los de los otros candidatos izquierdistas, completaban más que la votación de SebastiánPiñera,lo que hacía concluir que Chile quería cambios profundos.
La izquierda se vio alentada por el crecimiento en sufragios y la derecha entendió que debía actuar velozmente para no perder.
Pero al final, la opción de Piñera logró congregar a 855.467 votantes que se abstuvieron o habían votado por otra opción en la primera vuelta.
Y aún más. Las cifras reflejaron que al menos 107.895 de los votantes de izquierda en la primera vuelta se abstuvieron en la segunda vuelta, o si fueron a votar, no lo hicieron por Guillier.
Una buena cantidad de analistas se habían equivocado. Y Piñera lo había logrado.
¿Quién es Piñera?
Es un ingeniero comercial con mención en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y máster y doctor en Economía de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
Fue candidato a senador entre 1990 y 1998 como militante del partido de centro-derecha Renovación Nacional.
En 2005 se enfrentó a Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales, representando a la coalición de derecha, en ese entonces llamada «Alianza por Chile». Logró el 46,5 por ciento de los votos.
En 2009 se lanzó por segunda vez por la carrera presidencial y en enero de 2010 ganó con el 51,6 por ciento de los sufragios.
Piñera es básicamente un empresario metido en la política.
Sus comienzos en el sector inmobiliario fueron con la constructora Coltén desde donde pasó al mundo de las finanzas como presidentedel primer banco de negocios de Chile: Citicorp.
Más adelante participó en la fundación de importantes empresas como Bancard, Inmobiliaria Aconcagua; Inmobiliaria Las Américas S.A. y Editorial Los Andes.
Igualmente fue inversionista de las aerolíneas Lan Chile, conocida actualmente como Latam Airlines luego de la fusión con Brasil TAM líneas Aéreas.
Además, obtuvo la filial chilena de Apple, lideró la cadena televisiva Chilevisión y formó parte de la junta del equipo de fútbol Colo-Colo.
En el año 2017 su capital ya se estimaba en 2.700 millones de dólares, lo que lo convierte en la tercera persona más rica de Chile, según la revista Forbes.
Sus opositores le reprochan que cuando eran presidente no se haya desligado nunca de sus empresas como ocurrió con la Pesquera Exalmar de Perú, donde Piñera habría invertido dinero a través de su compañía Bancard en 2010.
Pero otro reclamo que le hacen sus opositores a Piñera es su pasado vinculado a Pinochet, ya que durante su juventud fue defensor del régimen.
Para ganar la segunda vuelta electoral Piñera tuvo estrategias concretas para captar un sector que no le era favorable. Por eso cambió algunos fundamentos de su programa como la gratuidad de la enseñanza superior.
Por ello propuso mantener las ayudas que reciben cerca de 260.000 estudiantes universitarios y ampliarlas a los alumnos de formación profesional con menos recursos.
Propuesta de Gobierno
El financiamiento de la educación superior es una de las propuestas más importantes y, según detalla el programa de gobierno de Piñera, ayudará a quienes «no accedan a la gratuidad y requieran apoyo”.
Este financiamiento se hará a través de un nuevo Sistema de Acceso Solidario a la Educación Superior.
Se trata de un mecanismo que armonizará becas y créditos con una tasa de interés preferencial del 2%, y un monto máximo de pago del 10% de los ingresos una vez que el estudiante haya egresado.
Todo esto será por un período máximo de 15 años, después del cual cualquier saldo de deuda será condonado.
Otra propuesta es la denominada «Intermediación laboral en caso de desempleo”, que propone a «facilitar la rápida reincorporación al mercado laboral de quien caiga en desempleo”.
Asimismo, se creará el programa Seguro contra enfermedades graves catastróficas para las familias que será el encargado de dar apoyo a las familias ante eventostrágicos en salud de carácter no ambulatorio.
Paralelamente, en su programa de gobierno Piñera propone mejorar las pensiones de los adultos mayores más vulnerables.
Esto se alcanzaría con una reforma del Administradora Privada de Fondos de Pensiones, una política de inclusión social y la modificación del sistema de pensiones de clase media.
La vía para lograrlo sería un incremento de «los aportes fiscales al Pilar Solidario en un 42%, para aumentar la Pensión Básica y el Aporte Previsional Solidario, extendiendo su cobertura hacia la clase media», según expresa textualmente el programa.
Los beneficiarios inmediatos de este incremento serían 1,4 millones de pensionados con Pensión Básica Solidaria y aporte Previsional Solidario, así como 45 mil nuevos pensionados cubiertos por el aumento del Pilar Solidario hacia la clase media.
Esto incluye un aumento de las pensiones de la clase media basado en un complemento «con cargo fiscal para quienes hayan cotizado más de 20 años».
Respecto a la creación de empleos, impulsará leyes de teletrabajo, un programa llamado sala cuna universal y potenciando el trabajo de jóvenes y de la tercera edad.
En el área de salud el gobierno de Piñera planea construir 30 nuevos hospitales con 7 mil camas en el sistema público.
Reformas
Junto con todo lo anterior, Piñera tiene planeado realizar una diversidad de reformas políticas.
El mandatario electo ha dicho que desea «evaluar un cambio en el periodo presidencial, introduciendo la reelección inmediata por una única vez o extendiendo el período a seis años».
Del mismo modo ha propuesto el reemplazo parlamentario en los casos en que el cargo queda vacante, y el establecimiento de un límite a la reelección de los parlamentarios.
Otra reforma de Piñera será reducir de 10 a 9 los integrantes del Tribunal Constitucional para evitar que cuestiones detrascendenciasean decididas en última instancia sólo por el voto del presidente del organismo.
Durante su campaña electoral también prometió la creación de una Contraloría Independiente que tendría la labor de fiscalizar al Congreso en términos de transparencia.
Para evitar la corrupción, Sebastián Piñera presentó durante su campaña un plan de austeridad que establece el congelamiento de contrataciones en la administración pública, así como de gastos en viáticos y horas extras.
Se congelarán los sueldos de asesores ministeriales y se reducirán en un 10 por ciento los gastos en asesores honorarios.
Además, se promete una ordenación rigurosa de viajes al extranjero de funcionarios públicos y municipales.
Un alto costo
El programa para la primera etapa de gobierno de Sebastián Piñera tendrá un costo estimado de alrededor de 14 mil millones de dólares.
Habrá para ello dos fuentes principales de financiamiento. La primera serán las reasignaciones presupuestarias de programas mal evaluados y la segunda serán unas estrictas medidas de austeridad.
Con estas estrategias se espera recaudar 7 mil millones de dólares.
Los otros 7 mil millones de dólares se obtendrán de la instrumentación de medidas que deberían significar un crecimiento económico para Chile como el aumento en un 42 por ciento el aporte fiscal al Pilar Solidario.
Todo se ve bien en el papel. Pero Piñera no podrá lograr estos objetivos en solitario. El consenso con las fuerzas políticas que se mueven después de aquella segunda vuelta electoral será decisivo.
Y hay que recordar que buena parte de esas fuerzas políticas son evidentemente contrarias a sus políticas.